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Doping como deporte olímpico

21 sept 2016


En los últimos días se han publicado varias noticias que ponen en duda la credibilidad de los resultados de la estrella de las pasadas olimpiadas por excelencia, Simone Biles, junto con las hermanas Williams. A esto hay que sumarle la polémica con los deportistas rusos antes de las Olimpiadas de Río que todos conocemos. Puede que tan solo sean ataques con fines políticos entre los dos países rivales. Pero también puede que sea verdad, y que el deporte esté contaminado.

No somos pocos los que vimos la foto que Sebastian Brendel compartió en su página de Facebook: el “selfie” que se hicieron el día de la entrega de medallas estaba retocado, el canoista alemán había tachado de la foto a Serghei Tarnovschi que había sido bronce en el c1 1000. ¿La razón? tan solo dos días después de la final de c1 1000 saltaron varias noticias sobre un positivo del moldavo, lo que dejaría al ruso Ilia Shtokalov con el bronce olímpico.
También sabemos todos que cinco palistas rusos habían quedado excluidos de los Juegos Olímpicos por dopaje, y las nuevas medallas de Lydia Valentín, que pasaría a ser plata en Pekín 2008 y podría ser oro en Londres 2012.
Podría pasarme páginas y páginas mencionando casos de dopaje que todos conocemos, y quizá hay muchos más aun por destapar, y cada vez que leo una nueva noticia sobre algo así no puedo evitar enfadarme.

Cuando empezamos a practicar deporte lo hacemos por múltiples razones: porque es bueno para la salud, por la disciplina que nos ayuda a tener y que tanto nos va a servir en nuestro futuro, por los valores que nos transmite, nos da autoestima, aprendemos a ponernos y conseguir metas, etc. 
Cada vez que el nombre de un deportista de élite aparece en las noticias pone todos los valores de nuestro deporte en la cuerda floja, deja a niños y no tan niños que habían puesto sus ilusiones y su corazón en ellos desamparados.
Los deportistas “vencidos” en inferioridad de condiciones son los peores parados, en mi opinión. Esos que han visto como tantas horas de entrenamiento, de sufrimiento, de duda, etc., se iban al garete para enterarse años después de que sus competidores tenían “ayuda extra” para ser mejor que ellos. A los daños emocionales hay que sumar los daños económicos, las ayudas y los medios que los deportistas que compitieron de forma limpia dejaron de recibir debido a quedar fuera de las medallas. Mi ejemplo favorito es el de Lydia Valentín, a la que habrían correspondido 48.000 euros por la plata en Pekín y 94.000 por el oro en Londres como premio, y unos 180.000 euros en becas del ADO. Pero, aunque le devuelvan el dinero que dejó de ganar, nadie le va a devolver el esfuerzo extra que ha tenido que hacer contra países con muchos más recursos que ella.

Ahora llega la parte difícil, y es que en mi opinión hace falta más mano dura con la gente que ensucia el deporte de esta manera, algo que les desincentive a hacer trampas, suspensiones de años y no meses si el delito está probado, y en casos realmente graves la suspensión de por vida, así el riesgo de tener tramposos disminuiría.
También deberían hacerse públicos los efectos secundarios de las sustancias dopantes, que en su mayoría afectan al corazón, cerebro, causan desajustes metabólicos, aumentan el riesgo de padecer cáncer e incluso en casos extremos pueden producir la muerte.

En resumen, estos “deportistas” ponen en peligro su salud, su carrera deportiva, y pierden el cariño y la admiración de cientos o miles de personas que habían puesto su ilusión en ellos, para ser más rápidos, más fuertes, para ser mejores, cuando la solución debería haber sido entrenarse más y mejor, y mantener así los valores que el deporte debería inculcarnos a todos.

Laura Cabanas Fernández.

3 comentarios :

  1. Bonita reflexión la que haces Laura, pero yo lo habría titulado directamente Doping como Deporte. Si que por reciente nos ha sonado más, y además existen más medios en unos JJOO. para enterarnos, pero el Doping, es una verdadera lacra en el Deporte en general. El problema como todo en esta sociedad que nos toca vivir, es que el Doping corre más que el antidoping, esto es y lo estamos viendo, hay un tiempo en que los tramposos salen "victoriosos" y a posteriori son pillados, recordando la frase aquella de antes se coge a un mentiroso(tramposo en este caso) que aun cojo.Además esta sociedad exige a los deportistas siempre hazañas por encima de sus posibilidades, y en eso creo que la sociedad actual debería ser más cauta y bajar tantas expectativas que acabamos exigiendo al deporte. No pasa nada si los records, no llegan, o si se tarda más, o se salta menos. lo importante es hacer un deporte sano y limpio. Me pregunto yo, porque se da tanto Doping en el deporte aficionado. Ahí lo dejo.

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    1. En el comentario anterior se me ha olvidado firmarlo.
      Javier Martínez Vesga "Musku"

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  2. Buen artículo de Laura y buen comentario el tuyo Musku.

    A los tramposos, castigos ejemplares

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